Hoy, hace un año que se publicó Lengua Secreta. Hace un año que soy, además de librera y editora, escritora.
El 2023 fue brutal (brutalmente inestable). Me trajo tantas alegrías y, también, tantos miedos, que me pasé gran parte de los meses tratando de caminar por la cuerda floja como una equilibrista de circo.
Entre las alegrías destacaron, a nivel profesional, la publicación de Lengua Secreta, mi primera novela oficial, y el Premio Madresfera por la divulgación literaria que hago en redes sociales.
Escribí Lengua Secreta en los tres meses de cuarentena obligatoria. La COVID fue un desastre social, económico y sanitario, pero para mí fue una pequeña oportunidad: paré la rueda rutinaria en la que me encontraba y decidí que tenía que lanzarme a perseguir mis sueños. Soy una mujer muy valiente porque aunque estoy cargada de miedos siempre apuesto a lo grande.
La elaboración de esta obra me recuerda un poco a la de un amor maduro. Los amoríos pasajeros son fáciles, la mayoría, porque necesitan menos cuidados, menos esfuerzos. Pero las relaciones estables (tanto de amistad, como románticos) requieren de escucha, de paciencia, de valor.
Lengua Secreta no era la primera novela que escribía. Había escrito, antes, por lo menos, quince. Las anteriores no me habían dolido. Las había escrito con una sonrisa, con más o menos facilidad y me habían dejado un regustillo dulzón. Pero una vez terminadas, las cerraba y no las volvía a leer nunca más.
Sin embargo, Lengua Secreta la escribí en tres meses y la corregí durante un año. Cambié personajes. Modifiqué escenas. Borré diálogos completos. Añadí ambientes. Lloré escribiendo algunos capítulos. Me reí escribiendo otros. Rebusqué en el pasado de mi Luz y me encontré con una Judith frágil. Una Judith que se pasaba noches enteras en vela pensando en el dolor de otras voces que no eran la suya. Una Judith que cuando escribió punto y final, tuvo que salir a cenar pizza, con mucho mucho queso, por favor, para asumir que aquello ya tenía la forma esperada.
Cuando algo te importa de verdad, eres capaz de esforzarte de “más” para conseguir un resultado mejor. Y Lengua Secreta era importante, porque hablaba de la pérdida y yo estaba preparándome para una.
Gracias 2023, por demostrarme la fragilidad de ser valiente. Gracias Lengua Secreta por tantas alegrías en forma de comentarios, de presentaciones, de firmas y de enseñanzas.
Y gracias a La Consentida, por consentirme, por ofrecerme la oportunidad.
Lengua Secreta es una novela reflexiva, emotiva y familiar. Que habla, principalmente, sobre el paso de la infancia a la edad adulta y de todo el proceso interior que ello conlleva. Si quieres saber más, presiona aquí.