Seguro que has escuchado mil veces que «a las palabras se las lleva el viento», pero me temo que no es verdad. Lo que decimos y, sobre todo, la forma en la que lo decimos también es importantísimo para el aprendizaje y para los lazos socioafectivos que creamos con nuestro/a hijo/a.
Los peques están muy pendientes de lo que decimos. Cuando le decimos a un peque «sabes leer muy bien, pero eres muy vago, muy poco constante, muy poco trabajador», estamos creando el efecto pigmalión (un fenómeno que se utiliza en psicopedagogía para referirse a la influencia que ejerce la creencia de una persona en el rendimiento de otra).
¿Qué palabras o frases favorecen el fomento a la lectura?
- Los libros son caros
Si tú no valoras un libro, tu peque lo hará. Pero estoy segura de que eso no te pasa, porque estás aquí leyéndome.
- Ese libro es muy difícil / fácil para ti
Juzgar la capacidad de tu peque, le limita o le genera unas expectativas sobre sí mismo/a. ¿Te acuerdas del efecto Pigmalión que te he comentado antes?
- Busca uno que tenga menos dibujos
En este caso, estás minusvalorando su decisión. Si tu peque se siente atraído/a por una lectura, es importante que apoyes su decisión. La lectura tiene que partir del gusto. No va a leer algo que no le apetece leer, ¿o tú lo harías?
- Si lees cada día un poquito, el finde te dejo la tablet
El chantaje nunca ha sido (ni es) un buen método de aprendizaje, mucho menos de fomento. La lectura parece un «deber» que proporciona un «placer», que es la tablet.
- Le cuesta mucho leer
De nuevo se asoma el efecto Pigmalión.
- Le gusta leer, pero es vago/a y prefiere ver la tele
El efecto Pigmalión siempre presente…
¿Las cambiamos?
Si alguna vez has dicho alguna de esas frases, no te preocupes, es normal. Por ejemplo, yo, que te estoy contando todo esto, a veces digo cosas de las que me arrepiento. Todavía hay frases de las que no me siento orgullosa. Pero soy consciente de que debo transformalas, eso es lo que quiero para ti también.
Te voy a ayudar, voy a transformar las frases del apartado anterior:
- No podemos comprar todos los libros que queremos leer, pero podemos ir a la biblioteca y coger todos los que te apetezcan.
- ¿Qué te parece si leemos este libros juntos y te ayudo a escoger otro para que tú lo leas solito/a?
- ¿Por qué has escogido este libro? ¿Es porque te gustan mucho los dibujos que hay dentro? Vamos a leer juntos la sinopsis para asegurarnos de que el tema te interesa. Y si no es así, buscaremos otro.
- Sé que te apetece jugar mucho a la tablet, porque es muy divertida. Pero hay otras formas de pasárnoslo bien. Dime qué te apetece que hagamos juntos. ¿Quieres que leamos un ratito?
- Todavía está aprendiendo a leer y cada día consigue hacerlo un poco mejor.
- Le gusta leer, pero últimamente prefiere pasar el tiempo libre de otras formas. Encontraremos un libro para consiga retomar la lectura.
¿Te animas a cambiar la forma en la que dices las cosas?
El cambio de actitud de tu peque va a ser inmediato 🙂